JUEVES 26 de Julio de 2007 - ENVIAR POR E-MAIL |
Discapacidad: que se cumplan las leyes |
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Un grupo de ciudadanos argentinos ha decidido ejercer su derecho a reclamar que se empiecen a cumplir las leyes sobre discapacidad. Leyes que existen, están vigentes, pero... no se cumplen. Se trata de que el Estado se haga cargo de aquello que la Constitución establece con prístina claridad: "Promover medidas de acción positiva que garanticen la igualdad real de oportunidades y de trato, y el pleno goce y ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad". Para lograrlo se ha lanzado una campaña nacional para reunir 500.000 firmas con un único lema: "¡Que se cumplan!". En efecto, la asociación civil sin fines de lucro La Usina-El Cambio en Discapacidad, cuyo objetivo es promover un cambio de actitud respecto de la discapacidad -se estima que más de 2,2 millones de personas tienen algún tipo de discapacidad en la Argentina y la mayoría vive por debajo de la línea de pobreza, lo cual aumenta su situación de desventaja-, lleva adelante esta importante y necesaria campaña para instalar el tema en la opinión pública y estimular la participación activa de toda la ciudadanía. Para ello, la asociación ha contado con la ayuda inestimable de una serie de personalidades del ámbito de la cultura y del deporte: el bailarín Maximiliano Guerra, el futbolista Martín Palermo, el tenista José Acasuso y el periodista deportivo Gastón Recondo, quienes, a través de su imagen en afiches o protagonizando mensajes breves para televisión y cine junto con jóvenes discapacitados, le recuerdan a la gente cuántos años llevan de espera para que se cumplan esos postergados derechos. Pero, además, el propósito de recolectar 500.000 firmas está dirigido a que sean entregadas al Poder Ejecutivo para advertirle así del incumplimiento. De esta manera, habrá un aporte cívico real para derribar, como dice Beatriz Pellizzari, directora general de La Usina, la barrera más difícil con la que se encuentran las personas con capacidades diferentes cada día de sus vidas: la barrera de la indiferencia. Si las personas con capacidades diferentes pueden ejercer su derecho a la libertad, a la salud, a la educación y al trabajo, y tienen la posibilidad de decidir dónde quieren estar en la comunidad y cómo desarrollar sus capacidades, no sólo ellas y sus familias se verán beneficiadas con algo que es justo y hace a la convivencia en una sociedad que pretende ser democrática. El gran beneficio será para todos los miembros de esta comunidad. Como dijo el doctor Daniel Sabsay el día del lanzamiento de esta campaña (que se desarrollará hasta febrero de 2008): "Es una reivindicación de la sociedad por el valor de la inclusión de todos en la comunidad, para tener una democracia adulta, participativa y pluralista, que incluya a las minorías". Así se pondrá en práctica también la idea del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en la Argentina, la premisa ética que guía este concepto de desarrollo humano y que es la expansión de las capacidades y oportunidades de las personas como elemento motorizador del bienestar común. |
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